
194 chicos fueron víctimas de la irresponsabilidad, la falta de control y vaya a saber cuántas faltas más que caracterizan a nuestra paupérrima sociedad argentina.
En este tiempo, se buscaron culpables a quienes acusar de tantas muertes, se ha polemizado demasiado sobre el tema y las personas involucradas en él, pero el hecho fue irremediable y las pérdidas irreparables.
El 5 de agosto pasado tuve la suerte de presenciar el recital de Callejeros en el estadio Orfeo, el primero que se realiza después de la tragedia de Cromañon en un lugar cerrado, y es muy difícil explicar lo que sentí en ese momento: al principio, adrenalina y ansiedad; durante el show, una mezcla rara de alegría y tristeza; y al final ganas de congelar ese momento siempre y revivirlo cuantas veces quiera.
No hubo referencia a ellos, los “invisibles”, no hizo falta, porque todos sabíamos que estaban ahí, en la voz del Pato Fontanet, en el pogo de la muchedumbre, en las letras de las canciones y en los corazones de cada uno de nosotros…
Fuente de la imagen: www.diariohoy.net
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